Presidenta Instituto Jorge Ahumada.
Miembro Consejo Editorial Revista Impacto.
Consejera Nacional PDC
Desde hace semanas que diversos personeros, parlamentarios, ex personeros, voceros y ex progresistas reconvertidos a empresarios vienen desarrollando lo que puede llamarse una “campaña”, cuyo objetivo final sería precipitar la salida de diputados, senadores y militantes que, ante la evidencia de un mal gobierno y de una traición al ideario de justicia y equidad, no han trepidado en objetar o de plano rechazar algunas de las propuestas del gobierno.Las declaraciones van desde: “no sé que hacen en el partido”; “deberían irse la Concertación”, hasta “deberían formar otra bancada”.¿Qué demuestran estas declaraciones? Demuestran intolerancia al debate; intolerancia a la polémica, a la diversidad. Demuestran debilidad. Demuestran incapacidad de convencer. Por supuesto que éstos políticos olvidaron los místicos tiempos de lucha contra la dictadura (aunque no todos los que hoy están estuvieron ayer, cuando se les necesitaba), cuando con valor y entereza repetíamos que “no estoy de acuerdo con tus ideas, pero daría mi vida por tu derecho a expresarlas”.
Se molestaron porque se rechazó el proyecto de ley que proponía la depreciación acelerada a las grandes empresas, iniciativa que se intentó camuflar con lo que no era: una propuesta pro pyme. Se molestaron porque debieron aprobar la entrega de 280 millones de dólares al sistema de transporte en la Región Metropolitana, con el voto de un independiente de derecha.Se enojaron porque se rechazó la propuesta de Mahmud Aleuy y de Edmundo Pérez al directorio de TVN, en circunstancias que ambos no cumplen con los requisitos esperables para alguien que deba integrar un equipo de alta especialidad. Aleuy es un “operador” político (no significa un rechazo a esta “especialidad” en la política) y Pérez es un empresario, ex ministro de defensa lo que no lo habilita para integrar un directorio en el que son temas fundamentales la comunicación, la difusión de la cultura y la libertad de expresión. Muchos menos si días antes se sumaba a estas voces excluyentes al proponer las penas del infierno a quienes se atrevieran a ejercer la libertad de conciencia y de opinión en temas políticos.Como demócrata cristiana más acostumbrada a pensar, opinar y actuar desde lo que llamamos “el pueblo demócrata cristiano”, y por lo tanto a estar en la vereda del frente de los satisfechos, siento que es necesario responder a estos celadores de la DC, de la Concertación y de los que instauraron lo que se llama “políticamente correcto”, esto es no desagradar ni inquietar a los poderes fácticos.
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