martes, 14 de agosto de 2007

''NOSOTROS SÍ ENTENDEMOS DE ECONOMÍA''

DICE VICARIO DE PASTORAL SOCIAL Rodrigo Tupper

En entrevista con Universidad de Chile Noticias, el Sacerdote Rodrigo Tupper replicó los dichos de la Senadora Evelyn Matthei que trató de ignorante a la Iglesia en temas económicos, señalando que conocen muy bien los efectos sociales de los malos salarios y las condiciones de trabajo injustas.

El vicario de la Pastoral Social, Padre Rodrigo Tupper, aseguró que a diferencia de lo que pueda creer la Senadora Evelyn Matthei, la iglesia si entiende de temas económicos y por lo tanto tiene muchas cosas que decir al respecto.

En entrevista con Universidad de Chile Noticias, el Sacerdote respondió los dichos de la Senadora que trató de ignorante a la Iglesia en temas económicos, señalándo que conocen muy bien los efectos sociales de los malos salarios y las condiciones de trabajo injustas.

“Uno esperaría que una Senadora haga una crítica bien informada, pero tengo la impresión de que no leyó bien las declaraciones de Monseñor Goic…, nosotros sí entendemos de economía y tenemos una responsabilidad de iluminar desde el evangelio las distintas realidades. Es por eso que temas como la economía nos preocupan mucho…, además que la doctrina social de la iglesia tiene mucho que aportar”, aseguró el Vicario Tupper.

Asimismo, el prelado reafirmó los dichos del Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic, sobre un sueldo ético con piso desde los 250 mil pesos. Para Tupper, “Monseñor Goic hace una invitación, a los que puedan, para que paguen un sueldo ético. Hay muchas empresas que por sus utilidades podrían pagar más que el mínimo, pero también se entiende que hay pequeñas empresas que no podrían hacerlo y eso es comprensible”.

Según el representante de la Iglesia, la principal causa de injusticia está en los sueldos de los trabajadores. “Tenemos una inequidad que se marca por los sueldos que se pagan y una manera de distribuir mejor es precisamente logrando que en los lugares en que se puede, se paguen sueldos mayores que el mínimo”, explicó Tupper. Además cuestionó la capacidad de una familia de desarrollarse en las actueles condiciones, señalando que “esto se trata de ponerse en los zapatos de los otros y preguntarse…, ¿Puede un grupo familiar vivir dignamente con 144 mil pesos? Hay que hacer esfuerzos mayores para que los pobres vivan mejor en Chile y yo creo que hoy están las condiciones dadas para que se pueda lograr.”

Respecto a la participación de la iglesia como mediador en el conflicto de los subcontratados en Codelco, el Vicario Tupper aseguró que la iglesia tiene que velar por el bienestar de los trabajadores, ya que a su juicio “bajo la figura de la subcontratación uno ve problemas y hay que discutirlos. La iglesia busca que todos los hijos de la patria vivan con una mayor dignidad y queremos poder sentarnos todos en la mesa del desarrollo y del progreso”, expresó el sacerdote.
Al ser consultado sobre el trato que reciben los trabajadores, Rodrigo Tupper afirmó que “cuando hay un buen trato y buenas condiciones, la producción sube y eso está demostrado en todos los países desarrollados, porque en la medida que la gente esta mejor, produce más…, nadie actúa bien cuando es maltratado”.

En el tema de declarar feriado el próximo 17 de septiembre, el Vicario de los Trabajadores reconoce que es un tema técnico, pero que explica que “para un trabajador que tiene un sueldo fijo esto es muy bueno, pero para quien gana por día de trabajo no es tan favorable. Está bien por el descanso y la familia, pero no me parece una mala idea recuperar ese día para que el país no pierda, porque si afecta la producción, los perjudicados serán los pobres”, concluyó el padre Rodrigo Tupper.

CONCENTRACIÓN DEL PODER ECONÓMICO

Por Hernán Bosselin Correa

Los recientes conflictos laborales preocupan a la opinión pública. Los gremios empresariales han expresado su alarma e inquietud respecto de la organización de los trabajadores en las luchas emprendidas a raíz de la subcontratación.

Esta, como dice el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, es una realidad muy extendida en el mundo, sobre todo en las grandes empresas y se ha ido convirtiendo en un mecanismo destinado a disminuir los costos laborales, estructurando muchas veces un régimen laboral que no se realiza en condiciones dignas y justas.

La concentración económica es en Chile, una realidad. Palabras más o palabras menos, la misma es defendida por los sectores que se muestran partidarios de la economía neoliberal. Estos afirman que el proceso de globalización requiere para estimular el crecimiento económico una mayor concentración de la riqueza.

A mayor concentración económica, existiría, según esas personas, un mayor crecimiento y ello acarrearía la prosperidad general.

Cada vez que se incrementa la concentración económica y se protesta y reclama en contra de ella, surgen dirigentes empresariales y políticos, bien sea independiente, de oposición e incluso de gobierno, afirmando que no se pueden hacer críticas hacia el proceso, por ser el mismo muy favorable para el progreso del país.

No es extraño que ante tan intensa concentración económica, los trabajadores, el mundo laboral, el mundo sindical esté desarrollando, como una reacción lógica y natural, un mayor grado de asociación.

Por eso se busca aumentar los niveles de la negociación colectiva, para que ésta no sólo se realice a nivel de empresas, sino por sectores o ramas de la actividad productiva.

Esas negociaciones colectivas, que son las que preocupan y alarman a ciertos sectores empresariales muy poderosos están dentro de la lógica de la economía. A un gran poder, a una gran concentración económica, la naturaleza de las cosas, impone como respuesta legítima la unidad laboral, la unidad del mundo del trabajo.

Si hay sectores económicos en los cuales las empresas que en él participan se han ido reduciendo, por la vía de fusiones, y en lugar de cien o doscientas empresas distintas, ahora nos encontramos con dos grandes cadenas que absorben la totalidad del mercado, es obvio que los trabajadores tiendan naturalmente a asociarse y unirse en torno a sus intereses comunes para presentar un frente único ante esas grandes cadenas.

Así, progresivamente, a mayor concentración económica al elevarse los grados de conciencia y las necesidades se irán produciendo una mayor fuerza laboral, una mayor unidad de los trabajadores.

Ésta es la respuesta legítima en una economía corporativa de mercado como la que tenemos actualmente, muy centralizada y concentrada.

La subcontratación y toda la compleja realidad social que la acompaña, deja al descubierto los hechos que venimos comentando. Nada se sacará con seguir reclamando en contra del mundo laboral.

Los trabajadores han emprendido una lucha legítima. A ella se sumará la clase media, los profesionales y técnicos y todos los que laboran en forma distinta al gran empresariado. Se sumarán necesariamente los micro y pequeños empresarios, que se verán impelidos igualmente a asociarse y a unirse para poder en esta economía ultra concentrada, relacionarse con el gran poder, en términos más equilibrados. La naturaleza tiende a que las fuerzas se equilibren.

Al respecto cabe recordar el numerando octavo de la declaración de principios de la democracia Cristiana: “El partido sustenta el más amplio derecho de los empleados, de los obreros y campesinos a organizarse en sindicatos, federaciones y confederaciones sindicales, y reclama un régimen jurídico que garantice de manera efectiva ese derecho y la igualdad esencial en el trabajo de todos los trabajadores.

El sindicato, como elemento forjador de la conciencia obrera y del movimiento social, es instrumento de liberación y dignificación proletarias y medio insustituible para hacer valer el aporte de los trabajadores a la comunidad y reclamar el mejoramiento de los niveles de su existencia.

La democracia cristiana desecha las tácticas extremistas como propias de una etapa ya superada del sindicalismo, y afirma que éste tiene la responsabilidad de trabajar por las soluciones progresivas y concretas que los problemas sociales y económicos admitan. La organización sindical debe actuar libre de toda tutela estatal, partidista o patronal, para llevar adelante sus reivindicaciones con máxima unidad”.

Por Hernán Bosselin Correa. Abogado. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital
Santiago de Chile, 10 de agosto 2007

viernes, 10 de agosto de 2007

Carta al Director Publicado el 10 de Agosto

No cabe duda que después de la discusión que se ha generado estas últimas semanas respecto a la desigualdad existente en nuestro país, se aclaran varias cosas confusas en la clase política chilena, lo primero tiene que ver con la falta de comprensión de algunos políticos al no entender como se generan las transformaciones sociales, y especialmente como se generan desde una visión humanista cristiana, nosotros los demócratas cristianos no creemos en la concepción materialista de las cosas en donde toda solución a las problemáticas sociales pasa única y estrictamente por la profundización , la corrección o el cambio del modelo económico, nosotros los jóvenes Democratacristianos creemos que la economía esta al servicio de la persona y que en ningún caso el perseguir un modelo económico es el fin último, esto queda más clarificado cuando el obispo Goic se refiere esta semana a lo escandaloso de la desigualdad social en Chile y evidencia claramente que esto pasa por un problema de carácter ETICO y no estrictamente material, esta concepción de las cosas es la que nos identifica y en la que creemos, “generar una transformación social a través de un cambio cultural” en donde predomine la moral por sobre el lucro, la solidaridad por sobre el individualismo y la responsabilidad social por sobre la caridad.

Héctor Garate Wamparo
Presidente Nacional JDC

CARTA PUBLICADA EN EL MERURIO martes 7 de agosto 2007

Señor Director:

Hoy, inmerso en toda esta discusión sobre las responsabilidades políticas de unos y otros actores respecto al actuar del gobierno, ha quedado en evidencia la poca claridad de la alianza de derecha al sostener con pocos argumentos y mas pirotecnia sus criticas hacia algunos personeros de Estado, para nosotros los jóvenes Demócrata Cristianos quienes sostenemos en las calles, universidades, colegios, y en las poblaciones, la defensa de nuestros valores y los de la concertación, vemos que todo lo sucedido, ha dado respuesta a una pregunta constante que nos veníamos haciendo hace mucho tiempo y que era ¿cuál es el proyecto político de la Concertación?.

Hoy han quedado en claro dos visiones dentro de la Concertación y junto con ello nace un fenómeno que nos vuelve a llenar de esperanza a las nuevas generaciones de jóvenes concertacionistas y es el claro liderazgo y la consecuencia de nuestro camarada Ministro del Interior Belisario Velasco, quien no sólo ha logrado representar a todos los sectores de la Democracia Cristiana en lo referido a su visión de país -que ya ese solo hecho es inédito y esperanzador-, sino que además a logrado representar a nuestros mismos compañeros de alianza respecto al proyecto político de la Concertación y al futuro que queremos para nuestra nación.

Héctor Gárate Wamparo
Presidente Nacional JDC

CONCENTRACION DEL PODER ECONOMICO Y UNIDAD DE LOS TRABAJADORES

9 de Agosto de 2007.
Hernán Bosselin Correa
Abogado

Los recientes conflictos laborales preocupan a la opinión pública. Los gremios empresariales han expresado su alarma e inquietud respecto de la organización de los trabajadores en las luchas emprendidas a raíz de la subcontratación. Esta, como dice el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, es una realidad muy extendida en el mundo, sobre todo en las grandes empresas y se ha ido convirtiendo en un mecanismo destinado a disminuir los costos laborales, estructurando muchas veces un régimen laboral que no se realiza en condiciones dignas y justas.

La concentración económica es en Chile, una realidad. Palabras más o palabras menos, la misma es defendida por los sectores que se muestran partidarios de la economía neoliberal. Estos afirman que el proceso de globalización requiere para estimular el crecimiento económico una mayor concentración de la riqueza. A mayor concentración económica, existiría, según esas personas, un mayor crecimiento y ello acarrearía la prosperidad general. Cada vez que se incrementa la concentración económica y se protesta y reclama en contra de ella, surgen dirigentes empresariales y políticos, bien sea independiente, de oposición e incluso de gobierno, afirmando que no se pueden hacer críticas hacia el proceso, por ser el mismo muy favorable para el progreso del país.

No es extraño que ante tan intensa concentración económica, los trabajadores, el mundo laboral, el mundo sindical esté desarrollando, como una reacción lógica y natural, un mayor grado de asociación. Por eso se busca aumentar los niveles de la negociación colectiva, para que ésta no sólo se realice a nivel de empresas, sino por sectores o ramas de la actividad productiva. Esas negociaciones colectivas, que son las que preocupan y alarman a ciertos sectores empresariales muy poderosos están dentro de la lógica de la economía. A un gran poder, a una gran concentración económica, la naturaleza de las cosas, impone como respuesta legítima la unidad laboral, la unidad del mundo del trabajo. Si hay sectores económicos en los cuales las empresas que en él participan se han ido reduciendo, por la vía de fusiones, y en lugar de cien o doscientas empresas distintas, ahora nos encontramos con dos grandes cadenas que absorben la totalidad del mercado, es obvio que los trabajadores tiendan naturalmente a asociarse y unirse en torno a sus intereses comunes para presentar un frente único ante esas grandes cadenas.

Así, progresivamente, a mayor concentración económica al elevarse los grados de conciencia y las necesidades se irán produciendo una mayor fuerza laboral, una mayor unidad de los trabajadores. Ésta es la respuesta legítima en una economía corporativa de mercado como la que tenemos actualmente, muy centralizada y concentrada.

La subcontratación y toda la compleja realidad social que la acompaña, deja al descubierto los hechos que venimos comentando. Nada se sacará con seguir reclamando en contra del mundo laboral. Los trabajadores han emprendido una lucha legítima. A ella se sumará la clase media, los profesionales y técnicos y todos los que laboran en forma distinta al gran empresariado. Se sumarán necesariamente los micro y pequeños empresarios, que se verán impelidos igualmente a asociarse y a unirse para poder en esta economía ultra concentrada, relacionarse con el gran poder, en términos más equilibrados. La naturaleza tiende a que las fuerzas se equilibren.

Al respecto cabe recordar el numerando octavo de la declaración de principios de la democracia Cristiana: “El partido sustenta el más amplio derecho de los empleados, de los obreros y campesinos a organizarse en sindicatos, federaciones y confederaciones sindicales, y reclama un régimen jurídico que garantice de manera efectiva ese derecho y la igualdad esencial en el trabajo de todos los trabajadores. El sindicato, como elemento forjador de la conciencia obrera y del movimiento social, es instrumento de liberación y dignificación proletarias y medio insustituible para hacer valer el aporte de los trabajadores a la comunidad y reclamar el mejoramiento de los niveles de su existencia. La democracia cristiana desecha las tácticas extremistas como propias de una etapa ya superada del sindicalismo, y afirma que éste tiene la responsabilidad de trabajar por las soluciones progresivas y concretas que los problemas sociales y económicos admitan. La organización sindical debe actuar libre de toda tutela estatal, partidista o patronal, para llevar adelante sus reivindicaciones con máxima unidad”.

jueves, 9 de agosto de 2007

LA IGNORANCIA DE EVELYN MATTHEI

Alvaro Ramis

La senadora Evelyn Matthei ha formulado una de esas frases que es bueno recordar y analizar con detenimiento: "Monseñor Goic creo que tiene muchas cosas que explicarle al país, porque no tiene idea de economía y se está metiendo en cosas muy difíciles". Se refiere, en general, al rol que el presidente de la Conferencia Episcopal jugó como mediador en el conflicto de los trabajadores subcontratados de Codelco, pero en particular a su llamado a los empresarios para que establezcan un "sueldo ético", por sobre el mínimo, cuando obtuvieran utilidades."Tengo buena opinión de lo que dijo monseñor Goic en el conflicto de Codelco, lo que hizo en la intermediación, pero me gustaría preguntarle si él cree que una persona que da empleo pero no paga el sueldo, según él ético, es una persona no ética, o si preferiría que ese empresario sencillamente cerrara la empresa y no diera empleo", cuestionó la senadora, agregando que "mucha gente que realmente no tiene idea de economía empieza a hablar y con sus dichos aumenta las presiones para este tipo de movilizaciones".

Suele ocurrir que la soberbia es una de los ropajes de la ignorancia. Y por ese motivo, cuando se escuchan voces que no concuerdan con las propias, se recurre a la descalificación burda y grosera. Afortunadamente, en este tipo de ataques en vez de descalificar al aludido, denigran al propio acusador, revelando su inconsistencia y estrechez de juicio. En este caso es evidente que para la señora Matthei la economía es una ciencia exacta, regida por leyes en las que solo pueden intervenir los iniciados en las tecnocráticas artes de la administración y las finanzas. Desafortunadamente, esta visión no sólo es frecuente en ella, sino también en la formación de la mayoría de las escuelas de economía de nuestro país. El reduccionismo del paradigma neoliberal ha vaciado al análisis económico de su dimensión filosófica y ética, derivando en una técnica regida por leyes inmodificables, autofundadas, que no necesitan mayor justificación que su mera existencia.

Sin embargo, toda la historia de la economía nos muestra que el objetivo fundamental de su estudio ha sido lograr establecer mecanismos de administración y asignación de los recursos que permitan el bien común de la sociedad. Por ese motivo, ya Aristóteles distinguía entre la economía, entendida como la administración prudente y justa de los bienes, y la crematística, entendida como el arte de hacerse rico, o de adquirir riquezas. La senadora Matthei pareciera saber mucho de esta última ciencia pero carece de todo conocimiento sobre una ciencia social que debería ayudarnos a convivir bajo criterios de justicia y dignidad.

Monseñor Goic, al hacer referencia al establecimiento de un sueldo ético se sostiene un una tradición conceptual que atraviesa la historia de occidente. Se trata un concepto que nace de la más autentica tradición de fe cristiana, y que durante siglos se llamó Salario Justo. De este concepto habló Santo Tomás de Aquino, la encíclica Rerun Novarun, y la Doctrina Social de la Iglesia. Se trata de un sueldo por hora suficiente para pagar los gastos de vida más esenciales para un trabajador y su familia. O como lo explica el catecismo "El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común" (Catecismo nº 2434).

Por lo tanto, pagar un sueldo ético no es una ocurrencia pasajera de un obispo. Es un concepto que perfectamente puede ser cuantificado y determinado, tal como lo hizo Mons. Goic cuando afirmó: "por lo menos todos los que puedan, no paguen el sueldo mínimo legal, sino que por lo menos 250 mil pesos. Eso sería un primer paso". En un país en el que nos han repetido como cantinela, por treinta años, que sólo bajando los salarios habrá trabajo para todos estos comentarios han retumbado como un estruendo revolucionario. Sin embargo se trata de la pura y santa doctrina de la Iglesia, que expresada con toda su fuerza parece desconcertar a muchos católicos de comunión frecuente.

Sería interesante que la senadora Matthei revisara en el blog del "intachable" José Piñera, una figura que no puede ser descalificada como heterodoxa en materia económica. Allí encontrará una interesante carta sobre el salario justo, enviada a su tío, el Obispo Bernardino Piñera, en julio de 1981, que puede ilustrarle un poco a lo que se refiere Monseñor Goic. Sería una oportunidad inestimable de aprender un poco de economía. Aunque sea tarde en su vida.

Alvaro Ramis.Teólogo.Centro Ecuménico Diego de Medellín.Editor General de la Revista Pastoral Popular.Asesor Académico adjunto del Instituto Jorge Ahumada y Columnista permanente de la Revista Impacto.

CORRECCION DEL MODELO Y TV DIGITAL

Desde la perspectiva del bien común, uno de los principales problemas que aqueja a nuestra sociedad es la alta concentración económica. El sistema permite la concentración de las inversiones y también de los mercados. Consecuentemente, esto se traduce en la inexistencia de competencia real.

En el caso del mercado de las comunicaciones en nuestro país, este fenómeno no es ajeno. Todos sabemos a quien pertenece la propiedad de medios televisivos, radiales y escritos. También existe conocimiento de las cadenas de soportes comunicacionales adquiridas por uno y otro grupo económico.

A la luz de estos antecedentes y a propósito de que, durante el último periodo, se ha gestado una interesante discusión respecto a la incorporación de la televisión digital en nuestro país, me parece relevante mencionar que uno de los elementos presentes en el debate es la normativa que pudiera eventualmente regirnos: Norteamericana, Europea o Japonesa. ¿En qué se diferencian? ¿Qué importancia tiene la elección que finalmente adopte Chile al respecto?.

Todas ellas proponen una alta definición y ancho de banda mínimo de 6 MHz, sin embargo, la normativa norteamericana no permite “tantos canales”, a diferencia de las otras dos normativas que permiten mayor variedad de canales. (Es necesario precisar, sin embargo, que un sistema de Televisión Digital Terrestre, TDT, ofrece necesariamente menos canales que el cable o la televisión digital).

La búsqueda debe estar dirigida no sólo a lograr una mejor calidad en la imagen y el sonido, sino también a obtener contenidos atractivos que permitan al público mayor conocimiento; opción de elegir en un contexto de pluralidad; argumentos interesantes que enriquezcan la opinión; mejores propuestas creativas; un mayor acercamiento a la innovación y a patrones de consumo de Internet.

En este contexto la norma europea puede ser una opción razonable para la realidad chilena por lo siguiente:

Proporcionalmente sale más barato a los compradores de receptores ya que la mayor inversión deben hacerla los canales en equipos de transmisión.

Permite mayor diversidad y pluralidad de contenidos.

Se desconcentraría la torta publicitaria que hoy se reparten unos pocos canales.

Probablemente se minimizarían los costos de avisar masivamente (existiría mayor oferta de espacios publicitarios).

Podría existir televisión regional y/o local.

Técnicamente, permite la transmisión a equipos portátiles.

Permite la especialización de los canales de acuerdo a temas de interés.

Otorga mayor posibilidad de ofertar programas culturales que reafirmen la identidad nacional.

Considerando que existen diferentes intereses económicos en este tema, sólo me resta decir que desde el punto de vista del consumidor, lo más adecuado sería contar con multiplicidad de canales y como ciudadana chilena esperar que, en esta oportunidad, las concesiones sean otorgadas por periodos de tiempo definidos y no “a perpetuidad” como en el caso de los actuales canales de televisión abierta.

María Teresa Cortés
Directora General
Marketing Trade Comunicaciones